sábado, 7 de noviembre de 2009

sostenibilidad y caficultura

La producción sostenible del café en Colombia se basa en los principios internacionalmente aceptados que buscan que la agricultura sea una actividad que permita a las actuales generaciones obtener sus productos sin poner en peligro la capacidad de las futuras generaciones para satisfacer sus necesidades. El cultivo del café por su naturaleza es uno de los cultivos más apropiados para preservar los recursos naturales en el Trópico. El café se adapta muy bien a zonas montañosas con altas precipitaciones y crece aún bajo sombrío.En Colombia, se han desarrollado conocimientos y prácticas de cultivo que buscan la preservación del medio ambiente que rodea la actividad agrícola de las montañas de Los Andes.La producción sostenible del café se logra sin detrimento de la justa retribución económica que todo agricultor debe recibir como resultado de su trabajo, el cual debe proteger su salud y la de su familia, al tiempo que preserva los recursos naturales: suelo, agua, biodiversidad.La conservación del suelo es una práctica fundamental, dado que los cafetales se establecen en zonas de alta pendiente, y sus suelos son frágiles debido al efecto erosivo de las lluvias. Para evitar la erosión, se plantan árboles de sombrío para que dejen caer su follaje y así formen una cobertura natural que amortigüe el impacto de las gotas de lluvia. También es importante la siembra de los cafetos en contorno, el manejo integrado de arvenses para asegurar la permanencia de una cobertura viva y las prácticas de bioingeniería para la conducción de las aguas y la protección de las corrientes de agua.En las fincas cafeteras se emplea la materia orgánica que resulta a partir de la descomposición de la pulpa del café para la formación de las plantas de almácigo y el abono de los cultivos en su etapa de campo, esto le permite a los caficultores no sólo obtener plantas vigorosas y sanas para su siembra sino además reducir el costo de producción y evitar el empleo de fertilizantes químicos.También se han desarrollado prácticas de cultivo de hongos comestibles a partir de residuos orgánicos de las fincas cafeteras, con el fin de contribuir al mejoramiento de la dieta alimenticia de los caficultores y darle un valor agregado a los residuos orgánicos producidos en el beneficio húmedo del café.Para el manejo de plagas y enfermedades se ha desarrollado el concepto de Manejo Integrado de Plagas –MIP, mediante el empleo de variedades resistentes a enfermedades como la roya, con lo cual se evita el uso de fungicidas químicos. Además se incentiva el control cultural y biológico de la broca del café con el desarrollo de insecticidas biológicos y la introducción y liberación de enemigos naturales de la plaga. El uso de insecticidas químicos se recomienda sólo como último recurso, previa determinación del nivel de infestación de la plaga y haciendo las aplicaciones por focos, con productos de baja toxicidad para los humanos y bajo impacto sobre la fauna benéfica y la biodiversidad.La preservación y el uso racional del agua es fundamental para la sostenibilidad de la caficultura y para la salud de los caficultores. El Centro de Investigaciones del Café, Cenicafé, desarrolló el concepto del beneficio húmedo ecológico del café, mediante el equipo denominado BECOLSUB. Este sistema de beneficio húmedo ecológico permite controlar en un 90% la contaminación orgánica de las corrientes de agua y reducir el consumo de agua en un 95%. Este novedoso sistema de beneficio húmedo del café garantiza la calidad en taza del café y contribuye en gran medida a la conservación de los recursos hídricos tanto para las zonas cafeteras como para las poblaciones que se ubican en zonas aledañas de la cordillera andina.En lo que respecta al empleo de energía para el secado del café, se desarrollaron los secadores con cubierta plástica para aprovechar la energía solar en la obtención de café de alta calidad a nivel de finca.Colombia considera que la producción del café, basada en los principios de preservación de los recursos naturales es una de las estrategias fundamentales para agregar valor al café y para mejorar los ingresos de las familias cafeteras, además contribuyen de manera significativa a evitar la destrucción de bosques nativos, a proteger las especies que habitan esos ecosistemas y a garantizar un mejor sistema de vida para las comunidades de las regiones cafeteras.

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